El derecho a amamantar al hijo tras el nacimiento forma parte de la sexualidad de la mujer y está relacionado con el derecho al libre desarrollo de su personalidad.
Son muchas las teorías que avalan la importancia de la lactancia en esferas como la salud de la propia mujer, al aportar mejores índices de salud y bienestar en los lactantes y en atención a  su función ecológica al ser un alimento que protege el medio ambiente por su condición de  práctica sustentable.
La Organización Mundial de la Salud y el Comité de lactancia de la Asociación Española de Pediatría recomiendan que la lactancia materna tenga una duración de un mínimo de dos años: en exclusiva hasta los seis meses de edad ; a partir de los seis meses y hasta el año de edad, tras dar el pecho se le pueden ofrecer gradualmente otros alimentos y con una alimentación complementaria adecuada , hasta los dos años, siendo la leche materna el alimento principal.
Sin embargo, no todo son ventajas a la hora de enfocar la lactancia cuando la madre es a la vez trabajadora en otra empresa.  En este sentido, Isabel Aler, socióloga y profesora de la Universidad de Sevilla se pronuncia firme :
“ El trabajo es un obstáculo para la maternidad, no al contrario”
La socióloga explica que en nuestro país, la maternidad es un “ hecho social crítico” puesto que nuestro mercado de trabajo considera la maternidad como un obstáculo. Comparemos la lactancia en Suecia que tiene permisos de maternidad de 96 semanas a las dieciséis semanas que tiene en España; sin lugar a dudas, no hay comparación.
Sentada la importancia que tiene para el hijo y para la madre la lactancia por la estrecha y personalísima  relación que se establece entre ambos y los numerosos beneficios que se obtienen, ante la dificultad que puede representar si es ejercido por una mujer trabajadora, corresponde al Estado la toma en consideración de las dificultades que su ejercicio acarrea, a través de políticas públicas de igualdad de oportunidades entre hombre y mujer. Sin embargo, las políticas de salud que promueven la lactancia no se pueden cumplir con éxito en el marco normativo actual y algunas madres se ven obligadas a solicitar una excedencia con el riesgo que ello comporta para su puesto o a destetar a su hijo antes de lo que para ella y para su hijo hubiera sido deseable.
Con todo, hay grupos de mujeres como el denominado “ Madres insumisas” que – aunque minoritario – se halla totalmente motivado. Son mujeres que confían en la sabiduría de sus cuerpos para concebir, gestar, parir y criar a sus hijos.  Se organizan para compartir sus experiencias con otras madres  y, ante un mercado de trabajo que considera la maternidad como “ un obstáculo” deciden que lo que es un obstáculo para una maternidad consciente es el mercado de trabajo y asumen  prioridades.